Los motores eléctricos están inmersos en muchas de las actividades que desarrollamos en la cotidianidad, e incluso, en la industria son fundamentales ya que son capaces de convertir la energía eléctrica en energía mecánica, es decir, producir el movimiento de un artefacto.

En la actualidad, donde lograr la eficiencia energética es considerada como una prioridad, la utilización de este tipo de motores es un excelente recurso para el desarrollo equilibrado y sostenible del sector industrial.

Además, los motores eléctricos con altos niveles de productividad pueden operar continuamente sin paradas no planeadas consecuentemente generando el máximo valor al usuario y, adicionalmente aportan grandes ventajas como las siguientes:

Evitan o retrasan la instalación de nuevas unidades de generación

Reducen el costo marginal de corto plazo de energía

Así pues, se puede decir que toda actividad económica que necesite procesar o manufacturar materia prima, debe considerar los motores con una alta eficiencia energética en sus procesos.

No hacerlo es un grave error, puesto que las industrias deben buscar ser más eficaces con el uso de los motores eléctricos, además, estos han tenido un importante desarrollo tecnológico en los últimos tiempos. En la actualidad, han sufrido diversas transformaciones y ofrecen interesantes configuraciones que aportan soluciones diferentes a cada tipo de industria.

Es por esto que, la tendencia en estos tiempos, se basa en la búsqueda de un motor más eficiente que reduzca gastos para las empresas con motores que sean capaces de transformar un gran cúmulo de energía eléctrica en una poderosa energía mecánica.

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Son autoventilados, por lo que no requieren refrigeración ni ventilación exterior.

Minimizan las emisiones de gases de invernadero