Bombilla incandescente, el invento que ilumina al mundo desde el siglo XIX y que se ha ido apagando
Thomas Alva Edison fue el inventor que le trajo la luz al mundo. En 1879, este estadounidense encendió un filamento incandescente que iluminó durante varios días.
Thomas Alva Edison fue el inventor que le trajo la luz al mundo. En 1879, este estadounidense encendió un filamento incandescente que iluminó durante varios días. Así fue el inicio de la bombilla incandescente, un invento que renovó las formas de iluminación de la época y que hoy, gracias a otras alternativas más amigables con el medioambiente, tiene los días contados.
El invento de Edison dejó atrás a esas obsoletas lámparas de gas y a las antorchas. Su descubrimiento fue tan importante que tres meses después se inició con su producción masiva. Para dar con esta bombilla incandescente, Edison utilizó un filamento de algodón endurecido que recibía electricidad a través de cables de platino en una bombilla.
Estas bombillas tienen un funcionamiento parecido al de las antorchas pues se basa en el calentamiento de un metal, que en el caso de la bombilla incandescente es el tungsteno, a través de una corriente eléctrica. La corriente pasa por un filamento y hace que el metal entre en incandescencia y genere la luz.
Hay un problema que ha ocasionado la obsolescencia de estas bombillas: su baja ineficiencia. Este ha sido también el motivo para que países empiecen a retirar a estos objetos de los comercios.
Pero, ¿por qué ineficientes? Porque la mayor parte de la electricidad suministrada a estas bombillas se disipa en forma de calor: hasta el 95 % de la energía se pierde en calor y el 5 porcentaje restante se destina a generar luz. Esa es la razón por la cual no puedes manipular las bombillas incandescentes luego de encenderlas, porque te quemarías las manos.
Para ahorrar energía en tus empresas o en tu lugar de trabajo, lo mejor es empezar a contemplar otras alternativas para iluminar los espacios. Las bombillas incandescentes ya no ofrecen las mejores garantías y hacen que el costo del servicio de luz aumente y que la sensación de calor sea mayor.
Una opción son las bombillas LED, que son lámparas de estafo sólido que utilizan leds (diodos emisores de luz, por sus siglas en inglés) como fuente lumínica. Dado que su intensidad es menor a la de los filamentos incandescentes, para lograr suficiente intensidad puede ser necesario utilizar varios bombillos led.
Entre sus beneficios está el ahorro de energía, arranque instantáneo, resistencia a los encendidos y apagados constantes y mayor vida útil. Eso sí, tiene un costo inicial elevado, pero vale la pena.
Ya conoces la historia de la bombilla incandescente y su camino en el avance tecnológico. Sin este invento de Thomas Alva Edison no tendríamos otros bombillos que hoy son más amigables con el medioambiente y con la producción energética.
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* Con información de Elmundo.es
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